Anita Tijoux: La decisión de parte del Estado sobre si tengo o no que ser madre es extremadamente violenta
El sábado 27 de diciembre se presentó
en el Centro de Eventos del Parque Saval la rapera nacional Anita Tijoux. En relación
a su show, nada que decir: espectacular. Por lo que vamos a lo nuestro.

Queremos dejar en claro el caracter de la transcripción. Se borraron palabras repetidas, la puntuación es
arbitraria, suprimimos nuestro par de intervenciones, entre otras cosas. Pero
la coherencia gramatical y la esencia de la conversación se mantiene: franqueza
y nobleza. Nobleza en el sentido de que las interrogantes presentes no son para
defraudar a nadie, todo lo contrario: son una invitación a reflexionar, investigar y organizarse. Muy pocos artistas se muestran tal cual son, por lo que estamos
conformes y felices con los resultados. Gracias Ana.
Por último, agradecer a Rodrigo Nuñez por la acreditación. Gracias.
1. ¿Qué
opinas sobre la propuesta del gobierno acerca de legislar el aborto restringido
a tres causales? Nos referimos a la inviabilidad del feto, violación y riesgo
de la madre. La Coordinadora Feministas Valdivia considera que es necesario y
fruto histórico del movimiento feminista, pero no es suficiente.
El gobierno… como mujer, voy a
hablar como mujer, como madre. Soy madre de dos hijos y creo que tengo el
derecho a decidir por mi cuerpo, y tengo derecho a decidir si quiero o no
quiero ser madre, entonces no es suficiente. Lo que pasa es que este gobierno
es progresista y, bajo ese punto de vista, la decisión de parte del Estado sobre si tengo o no que ser madre es extremadamente violenta. Este es un
gobierno violento, dicho de otra manera.
No es suficiente de ninguna
manera. Las mujeres hemos sido violentadas toda la vida respecto a nuestra
facultad de ser madre. Yo soy madre diariamente, amo serlo, pero tengo muchas amigas
que no quieren ser madre y tienen el derecho de no serlo. Ahí está el punto de
inflexión y contradicción de este gobierno: el problema del progresismo y de
este gobierno concertacionista es que son un punto medio como un punto en la
nada, un punto como “pop” tratando de caer bien a todos y no caer bien a nadie.
Eso es lo conflictivo de ese punto.
Entonces me parece que el aborto
debe ser un derecho universal. Ser mujer no significa ser madre. Uno tiene el
derecho a decidir si tener o no un feto dentro: yo decido por mi cuerpo. Lo que
pasa es que el gobierno es muy inteligente en ese sentido, como tiene mucho
publicista del cuerpo, publicistas políticos respecto a nuestro cuerpo. Pero
somos las mujeres las que tenemos el poder de decisión respecto a esto.
2. ¿Por qué es necesario que el músico ponga su trabajo a disposición de los movimientos sociales?
Uno se cuestiona si la palabra será
suficiente, cantar, pasar un mensaje será suficiente… no lo sé. Lo he hablado
con muchos compas músicos y no lo sé. O sea, a veces sientes que sí, que es una
herramienta y que uno es un canal de información. Pero también pasa que no
sabes si uno se transforma en logo, en imagen, o si realmente estas
transmitiendo un mensaje. Porque te come tu propio logo e imagen de lo que la
gente espera.
Uno se puede inspirar de muchos
movimientos sociales de los cuales sientes que la palabra, el peso de la
palabra, la acción y la lucha, tienen sentido y razón. Pero después… uno
transmite una canción y… no sé, hermano, es que te mentiría. Yo no quiero ser
hipérbole del oficio del cantor, soy muy pesimista de mi oficio. Pero soy muy
optimista de espacios comunitarios donde veo acciones directas, concretas.
Creo que nuestro oficio es un
oficio… uno se sube al escenario, las luces… pero lo que se concreta realmente
o si el mensaje se transmite, no sé. Al final uno ve una masa de gente
cantando, embalada, y… Al final los cantores somos buenos ladrones de ideas,
creo que todos los cantores escuchamos tremendos dirigentes políticos o de
movimientos sociales que dicen cosas muy bellas en las cuales uno se inspira, y
uno dice, ‘esto es tema para cuatro mil canciones’. Pero sí sirve o no sirve…
no lo sé.
No sé si hay que pasar a otra
acción, porque este país ha demostrado que las canciones no han sido
suficiente, las marchas no han sido suficiente, ni la buena onda, por lo que
las cosas se tienen que poner más acidas, de frentón. La buena onda no
funciona.
3. ¿Cuáles
son los desafíos de la izquierda revolucionaria y los movimientos sociales?
Las canciones no sirven. Es que
es terrible lo que digo porque yo soy cantora y hago canciones e, insisto, uno
puede ser un revolucionario de Facebook y Twitter y estar en contra de muchas
cosas, pero no sirve. Creo que hay que ser un cuadro revolucionario disciplinado,
no queda otra, y te lo digo del profundo cuestionamiento de la música.
¿Cuánto uno puede aportar con
algo? Fuimos al [Rio] Mapocho y veo a muchos compas que van a tocar a eventos,
centros comunitarios que son hermosos… y no pasa nada, loco. No se mueve ni un milímetro:
las leyes no se mueven, ellos no se mueven, y seguimos creyendo que por un Facebook al que le ponemos me gusta, haciendo copy paste se va a mover, y no se
mueve, loco… no se mueve.
Y te hablo desde el músico:
nosotros trabajamos desde la emocionalidad, escarbamos dentro de la emoción, no
somos… yo vengo de una familia de grandes pensadores de izquierda, yo soy hija ‘de’,
pero mi oficio es desde la emoción y no ha funcionado la emoción, loco, no ha funcionado.
Y es tan triste loco, que creo que se tiene que poner más acido, y cuando digo más ácido, todos nosotros más ácidos: tomar acciones, acciones concretas.
O sea, no sé si digo bien las
cosas pero, es dura la hueá. Las canciones no bastan y el público no pude
esperar que los músicos llenemos expectativas de los vacíos, del silencio estatal
o gubernamental. Los músicos no vamos a solucionar... los músicos somos solo un
reflejo, un espejo. Pueden esperar mucho de Subverso, Portavoz, pueden esperar
muchas cosas pero la solución, con mucho cariño, no es ni Portavoz, ni Subverso,
ni Perico Lospalotes: es organización barrial, comunitaria y acción, nada más
que acción y sí, radical, el radicalismo es la solución, estoy convencida de
eso. Es que el Estado y los gobiernos han sido muy silenciosos en su accionar.
La acción, no nos queda otra que
la acción. Cuadro revolucionario de acción, nada más que eso, disciplina,
disciplina barrial.
4. ¿Qué
opinas de los proyectos socialistas latinoamericanos? Nos referimos a Cuba,
Venezuela y Bolivia.
A Bolivia no he ido, a Venezuela
no he ido hace muchos años y Cuba… es complejo porque yo no creo ni en las
iglesias, ni en Dios, ni en Jesucristo[1],
ni en los caudillos de izquierda. Vengo de una familia de izquierda
revolucionaria y no creo en las imágenes de izquierda, porque no hay ninguna
mujer en los referentes de izquierda. Eso me causa mucha problemática como
mujer. Entonces sí, bueno, puedo apoyar Bolivia, Venezuela y Cuba, pero también
hay cosas con las que no estoy de acuerdo y eso no me hace ser
contrarrevolucionaria.
Es que yo no soy comunista, o sea,
no soy del partido comunista. Hagamos la diferencia entre ser comunista y el
partido comunista. Y a mí me causa tremenda problemática ver estos tres países
donde no hay ninguna mujer, hermano, ninguna. Es Bolívar, Martí, Che Guevara, Cienfuegos.
¿Dónde estás las mujeres, hermano? Anuladas totalmente, hermano, y a mí eso si
me hace un signo de interrogación en la frente así, pero… de la puta madre,
hermano.
La mujer, aunque no lo quieran,
es el centro de la revolución en la casa: sin mujer no hay hijos, no hay
economía en la casa, no hay organización interna en la familia, y ha sido
permanentemente invisibilizada. Me encantaría ver una Eva Morales, una Chava, y
una Fidela, ¿Dónde están? Ese es mi gran cuestionamiento respecto a Cuba,
Venezuela y Bolivia.
5. En
Los Molinos, ubicado en el sector de la costa de la Región de Los Ríos, hace
dos semanas la Comunidad Autónoma Michillanca hizo ocupación legítima de un
territorio del cual han sido despojados reiteradas veces desde la dictadura. ¿Podrías
enviarles un mensaje de apoyo en su proceso reivindicatorio?
¿Apoyo? Lo que siempre me pasa
cuando me piden apoyo… sí, es distinto [el apoyo del reconocimiento]. Creo que
mucha gente como yo, que venimos de Santiago… yo me siento muy ignorante
respecto al conflicto mapuche. Siento que tengo que venir más y entender más en
territorio. No venir a tocar más sino que venir, y viniendo voy a entender más
del conflicto.
Que su gente entienda que hay
muchas personas mirándolos, que hay mucha gente orgullosa de su lucha, de las
mujeres y de los hermanos, y que esta lucha es mundial. No es una lucha extraña
lo que pasa en otra parte: es una lucha de territorio, del amar la tierra. Que
se entienda que esta es una lucha universal, una lucha por el amor a la tierra,
amar la tierra donde vivimos, hermano.
Es que suena tan hippie a la vez,
suena tan raro lo que uno dice porque, suena como que… yo siempre miré a los hippies
como que ‘amaban la tierra, los sentía hippie’. Hasta que fui a Ecuador y unas
panas me decían “loco, la ecología es una lucha política”, y ahí me hizo
sentido, la forma en que me lo planteaban, también.
Entonces, que se entienda claramente
que esto va mucho más allá de Chile. O sea, hay mucha gente que mira al pueblo
mapuche como un lugar de resistencia, que lleva quinientos años, que no es de
ahora. Lleva muchos años de saqueo permanente, y yo me siento tremendamente
orgullosa de observarlos, mirarlos en una lucha permanente, y en lo que una
pueda aportar lo va a hacer, dentro de la tremenda ignorancia que uno tiene.
Porque uno es ignorante también, respecto a su cosmovisión. Uno que no es mapuche, que es santiaguina, de la ciudad que esta tan saqueada y distorsionada. Entonces nada, que se puede decir, no sé si hay mucho que decir en verdad. Uno está expectante en lo que se pueda ayudar y aportar.