Frente a marcha de dueños de camiones y destitución de Huenchumilla, Izquierda Libertaria declara
La
estrategia de la Nueva Mayoría
Huenchumilla
representaba, inicialmente, la estrategia de la NM por entablar un
dialogo con el pueblo mapuche a través del nucleamiento del sector
menos conflictivo de las comunidades en torno al estado y sus
instituciones representativas, fortaleciendo con esto el camino del
dialogo y la participación en el estado, que algunos sectores del
movimiento mapuche, vinculados con Huenchumilla han planteado como
alternativa. Esto en el marco de la creación del Ministerio de
Asuntos Indígenas y el Consejo de Pueblos, lo que fue aprobado
recientemente en una consulta dirigida por el Ministerio de
Desarrollo Social. Esta consulta fue acusada durante toda su
tramitación de estar siendo efectuada con decretos inconsultos que
concitan creciente rechazo entre las comunidades, como el 66 y el 40.
En ese
sentido, la paulatina pérdida de credibilidad del conglomerado a
nivel social la obligó a endurecer mecanismos que "cortaron el
hilo por lo más delgado". Era técnicamente imposible apostar
por una salida política a un conflicto que aún no ha sido capaz de
generar una contraparte visible. Hacerlo en el contexto actual de
descrédito generalizado, implicaba generar la oportunidad de cuajar
una expresión política capaz de conducir las aspiraciones mapuche
en torno a la autonomía y la autodeterminación, riesgo que no
podían correr en este clima de inestabilidad, menos aun cuando el
control del conglomerado lo tienen los sectores más conservadores de
la nueva mayoría.
La salida
de Huenchumilla
Para
Huenchumilla la oportunidad que representaba la Intendencia para
visibilizar posibles salidas para el mundo mapuche era inmejorable:
su apuesta pasaba por generar la tensión a la interna del
conglomerado que le permitiera levantarse como conductor de las
aspiraciones mapuche al interior de la institucionalidad wingka y
posicionar una salida moderada. No es casual que Huenchumilla sea
demócratacristiano: el contexto social y político de la región la
sitúa dentro de aquellas en que las posiciones de izquierda
(moderada o extraparlamentaria) tienen menos eco a nivel nacional y
registra la más altas votaciones para la derecha.
Así
la jugada del ex intendente es el fruto de una acumulación de
décadas pero no es nueva en la historia mapuche. Expresa las
múltiples estrategias de los dirigentes mapuche para resituar y
solucionar los problemas urgentes vinculados a tierra y comida. En
términos estrictos Huenchumilla, apostó a tensar los blindajes del
modelo, concentrando en su persona la salida a la contradicción
entre el estado neoliberal y desaparición del pueblo mapuche,
requiriendo como condición de su propia reproducción el control
territorial de la propiedad del segundo para ampliar los límites de
producción del rubro forestal en primera instancia y minero en
segunda. Como sabemos, la expansión de ambos rubros es estratégica
para el bloque en el poder del país.
A
Huenchumilla le faltó respaldo, el que podía tener 3 fuentes; la
Nueva Mayoría, la DC o sectores importantes del pueblo mapuche. Como
sabemos, los dos primeros han demostrado que poco les importa la
situación de esta “minoría”, como le llaman, sino es bajo la
lógica oportunista que lo colocó en la intendencia. El error de
Huenchumilla radica esencialmente en desmerecer la importancia del
tercer actor, pues el ex intendente nunca generó las condiciones
para coagular los intereses de importantes sectores del mundo mapuche
tras una propuesta política de largo alcance, movilizándolos
políticamente como sostén del proceso de instalación programático
de su propuesta. Nunca generó una contraparte, un "otro"
capaz de dialogar con el estado en calidad de iguales, capaz de
imponer por la vía de los hechos una relación de equilibrio.
La
destitución demuestra, en definitiva, que los blindajes del modelo
son ineludibles incluso para quienes intentan realizar
transformaciones desde dentro. Quienes aparentan dirigirlo y
disputarlo (Nueva Mayoría y alianza) en realidad sólo lo
administran, siendo el Estado un cascaron vacío de política. A fin
de cuentas, son los empresarios y sus transportistas que hoy marchan
por Santiago con camiones curiosamente quemados sólo en sus cabinas,
nunca en sus cargas, quienes de verdad toman las decisiones. La
lección es que esos son los intereses a los que es estratégico
golpear, pues son en última instancia quienes deciden.
La marcha
de los empresarios de camiones
Hoy se
entroncan los intereses del empresariado junto al debilitamiento del
gobierno y su coalición. Esto tiene como contraparte el
fortalecimiento de las posiciones conservadoras al interior del
bloque.
Los
empresarios, representados por los dueños de camiones, se han
apostado el dia de hoy en las principales ciudades del sur de Chile
(apostándose a la entrada de las ciudades de Santiago, Talca, Temuco
y Puerto Montt) en una actitud que evoca la antesala del golpe de
estado. La osadía del subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, al
decir que "son un grupo que no representa los intereses de todos
los empresarios" es un error: los empresarios de mediana
envergadura aún no tienen sus intereses realizados en el modelo
neoliberal. Su eterna dependencia de las empresas extractivas los
obliga a ser vagón de cola respecto de los intereses económicos
transnacionales, sin capacidad de definir los rumbos de la economía.
Esta jugada del gobierno fortaleció la posición de los camioneros,
fortalecimiento que también toca a Burgos, Gutemberg
Martinez, Soledad Alvear y compañía y debilita a los sectores
progresistas del gobierno. Con lo que leer adecuadamente la
situación de hoy puede llevarnos a encontrar soluciones eficaces al
problema para el movimiento chileno y mapuche que insistimos,
nos enfrentamos al mismo enemigo.
Lo de
hoy no es sino fruto de una lectura adecuada de un escenario por
parte de un gremio que se fortaleció (y con ella al ala conservadora
de la NM), de la debilidad de la Nueva Mayoría como bloque,
asegurando sus posiciones en torno a las propuestas punitivas y
penalizadoras de la propuesta del garrote que anunciaba Huenchumilla
y que aplicaría el ministro del interior.
La
condescendencia de Burgos al situar la deuda del estado en torno a
castigar los hechos delictivos y no reconocer la deuda histórica
en torno al territorio y las tierras robadas durante la pacificación
muestra el nivel de compenetración de los intereses entre
empresarios y gobierno. Con los últimos movimientos del ministro del
Interior surge la interrogante: ¿con la circular del Ministerio de
Transporte se buscó generar el escenario de masividad y unidad del
gremio con respuestas de bloqueo en otras ciudades, con el fin de
dialogar únicamente con los camioneros y la derecha sobre una
eventual salida de fuerza por parte del estado al conflicto mapuche?
El
impacto en el movimiento mapuche
Finalmente,
donde impactan estas acciones es en el pueblo mapuche movilizado y
politizado. Sabemos que como todo pueblo y sociedad tiene distintas
expresiones a través de las que definir su debate y acción
política. Como todo proyecto político que desee triunfar, requiere
ineludiblemente concentrar las aspiraciones de importantes
contingentes de su sociedad a través de una apuesta programática a
fin de sumarlos a un movimiento social capaz de confrontar al estado
tanto en la acción como en la producción de pensamiento. Las ideas
no sólo se impondrán por su justicia, pues también requieren de
una fuerza social capaz de impulsarlas, dirigirlas y defenderlas de
manera organizada ante el colonialismo y la violencia política del
estado. Esa fuerza existe, pero se encuentra atomizada y dividida en
torno a sus estrategia y propios periodos de reflujo.
Existen
apuestas en el mundo mapuche que impulsan procesos de movilización
en tres dimensiones: una vía de confrontación y ruptura que ha
definido la acción directa, toma de terrenos, predios, caminos y la
resistencia activa como ejes fundantes de la acción. Esta
visibilizaría y obtendría resultados en torno a la demanda mapuche
inmediata. En paralelo, existe una vía de visibilidad política que
privilegia el dialogo y el posicionamiento público. A la usanza de
las antiguas comunidades, genera la acción como mecanismo impulsor
de espacios de negociación. Estas dos están fuertemente
entrelazadas por el objetivo general: la autodeterminación y la
autonomía, sin tener consenso, es decir propuesta, en su forma
concreta de implementación. Finalmente existe una tercera
alternativa instalada en círculos de mapuche con un nivel económico
alto que podríamos denominar como institucional, la que busca
validarse a través del acceso y participación en las estructuras
del estado limitando el debate a la plurinacionalidad y el acceso a
puestos de representación política.
Ninguna
de las apuestas anteriores será capaz por si sola de generar los
cimientos de un proceso de liberación donde el pueblo mapuche sea
capaz de romper las ataduras que el modelo neoliberal le ha impuesto.
Las apuestas deben cifrar en la gente las posibilidades de fortalecer
sus propios procesos de recuperación política, cultural, económica
y espiritual dentro de un territorio propio que de sentido a las
nociones derivadas de sus particularidades culturales.
La
posible vinculación de Huenchumilla con ENAMA, el encuentro de
empresarios mapuche potenciado por Ricardo Lagos y otras iniciativas
más encierran el peligro de que la vía institucional condense y se
instale como el
modelo de interlocución entre el estado y los "mapuche buenos".
Sin acción y, aún peor, sin gente, aislando con esto a las
vertientes autonomistas.
En
este tránsito, las tres vertientes que hoy corren por vías
separadas serán complementarias siempre y cuando sean capaces de
cuajar en torno a un objetivo estratégico común. Otra opción es
que se levante una alternativa política desde y para el mundo
mapuche capaz de conjugar en su seno todas las opciones de
confrontación con el estado sin subestimar ni sobrevalorar ninguna,
calibrándolas en su justa medida y utilidad, poniendo en el centro
la necesidad de construir un movimiento mapuche socialmente masivo,
estratégicamente claro y políticamente autónomo, que sepa
identificar enemigos y aliados. En el objetivo de la destrucción del
capitalismo y la construcción de una sociedad justa, caminamos
juntos en dualidad y equilibrio, pueblo chileno y mapuche, cada cual
con sus necesidades, particularidades y sus diferencias, pero frente
a un mismo enemigo. Ese enemigo es el que hoy marcha por la capital
y tiene los recursos para mover 12 camiones quemados desde Temuco a
Santiago mientras miles de comunidades mientras miles de comunidades sin agua ruegan que mañana amanezca lloviendo.